Ginecología: definición y causas
En su vida diaria, muchas mujeres se enfrentan a situaciones que pueden afectar a su salud: un ritmo de vida acelerado, estrés, responsabilidades profesionales y familiares, y cambios hormonales, entre otros factores. Además, casi todas ellas experimentan en algún momento de su vida algún trastorno ginecológico, con impacto no solo físico, sino también emocional.
El estrés y el agotamiento prolongados en el tiempo pueden provocar un desequilibrio del eje neuroendocrino-inmunitario, debilitar las defensas y desencadenar cambios fisiológicos que favorecen el desarrollo de diversas patologías.
Enfermedades ginecológicas más frecuentes
Los trastornos ginecológicos más comunes a los que pueden hacer frente las mujeres son:
- Alteraciones del ciclo menstrual y sus irregularidades, la pubertad, la menopausia, la insuficiencia ovárica prematura (IOP), la endometriosis, los quistes ováricos (síndrome de ovarios poliquísticos), los fibromas uterinos, la vaginitis y la vulvodinia.
- Acontecimientos relacionados con el embarazo, como la hipertensión arterial, la diabetes gestacional, la preeclampsia, la pérdida del embarazo (aborto espontáneo o muerte intrauterina), la lactancia, la depresión posparto y los problemas de fertilidad.
- Cáncer de ovario, cuello uterino y mama.
En 2001, la Organización Mundial de la Salud acuñó el término “medicina de género” (en inglés, gender medicine) para referirse a la rama que estudia, desde perspectivas biológicas, sociales y culturales, por qué ciertas enfermedades presentan mayor incidencia en mujeres que en hombres.
Entre las enfermedades con mayor prevalencia en mujeres que en hombres se encuentran:
- Trastornos del sistema urinario (incontinencia urinaria, cistitis/infecciones urinarias)
- Afecciones del suelo pélvico
- Fibromialgia
- Osteoporosis
- Depresión
- Migraña
- Enfermedades autoinmunes (como la tiroiditis de Hashimoto)
- Infecciones agudas, crónicas y recurrentes (virus del papiloma humano, herpes, virus de Epstein-Barr, etc.)
Tratamientos existentes para las enfermedades ginecológicas
El tratamiento depende del tipo de afección. Existen medicamentos específicos según la enfermedad, como tratamientos hormonales sustitutivos (estrógenos, progestágenos o gonadotropinas), antiinflamatorios ginecológicos, antibacterianos y antifúngicos locales, antivirales para el herpes genital o relajantes uterinos. La cirugía también puede formar parte de los tratamientos de referencia, incluso en casos de afecciones benignas. Se pueden considerar procedimientos como la histerectomía o la conización si hay afectación del cuello uterino o de las estructuras anexas (trompas de Falopio, ovarios).
Además de los tratamientos alopáticos, otros tratamientos también ocupan un lugar importante para tratar los problemas ginecológicos femeninos. Se utilizan la homeopatía y la fitoterapia con fines ginecológicos e incluso preventivos, en forma de comprimidos, óvulos, gránulos o soluciones bebibles.
Relación con el sistema inmunitario
Para prevenir la aparición de estas patologías ginecológicas y tratarlas de forma más eficaz y rápida, es fundamental reforzar el sistema inmunitario. Tener un sistema inmunitario funcionando correctamente permite reducir el riesgo de enfermedad, corregir los desequilibrios internos y armonizar la actividad de los órganos reproductivos. Una alimentación equilibrada, la práctica regular de ejercicio físico y un sistema inmunitario robusto son los mejores aliados para la salud femenina.
Restablecer el equilibrio gracias a la microinmunoterapia
La microinmunoterapia es una herramienta terapéutica que tiene como objetivo apoyar el sistema inmunitario, tanto en prevención como en tratamiento, mediante el uso de sustancias inmunomoduladoras en dosis bajas y muy bajas, con el fin de optimizar su capacidad de funcionamiento.
Los medicamentos de microinmunoterapia son bien tolerados, incluso en mujeres con patologías crónicas, y ofrecen soluciones en casos de:
- Condilomas
- Clamidia
- Endometriosis