¿Qué es una enfermedad autoinmune?
Las enfermedades autoinmunes se producen cuando el sistema inmunitario deja de reconocer como propios ciertos componentes del organismo y los ataca, provocando reacciones inflamatorias crónicas, y lesiones en tejidos y órganos.
Forman parte de las enfermedades crónicas más frecuentes y en constante aumento, afectando en gran parte a las mujeres, que representan aproximadamente el 75 % de las personas afectadas.
Actualmente, se conocen alrededor de 100 enfermedades autoinmunes diferentes. Se distinguen las enfermedades autoinmunes específicas de un órgano y las enfermedades autoinmunes sistémicas. En el primer caso, el sistema inmunitario ataca de manera selectiva a un órgano específico, como la tiroides, los nervios o el intestino. En el otro caso, la enfermedad autoinmune afecta a varios órganos o sistemas a la vez. La poliartritis reumatoide y el lupus eritematoso son ejemplos de ello.
Las causas del desequilibrio del sistema inmunitario son múltiples y complejas y todavía no han sido objeto de investigaciones definitivas. Si bien, factores como la predisposición genética, el entorno, el estilo de vida y una exposición crónica a ciertos virus desempeñan un papel importante en su desarrollo.
Tratamientos existentes para las enfermedades autoinmunes
Cada enfermedad autoinmune requiere un enfoque específico. A lo largo de los años se han desarrollado terapias que ofrecen un mejor control de los síntomas y de los riesgos de lesiones, que se utilizan generalmente cuando la enfermedad es grave. Los tratamientos existentes que permiten controlar los síntomas de la enfermedad incluyen: analgésicos contra el dolor, antiinflamatorios contra las molestias funcionales articulares, medicamentos sustitutivos que permiten normalizar los trastornos endocrinos (insulina en la diabetes, tiroxina en el hipotiroidismo…), etc.
Además, puede ser interesante una estrategia terapéutica integrativa, que tenga en cuenta a la persona en su conjunto.
Un análisis de la microbiota intestinal, por ejemplo, puede permitir orientar mejor la estrategia terapéutica. Esto se debe a que el intestino es un órgano excesivamente permeable que podría poner al sistema inmunitario en estado de alerta.
Por otra parte, las pruebas virales permiten detectar ciertos virus latentes o reactivaciones virales que podrían tener un efecto sobre el desarrollo de las enfermedades autoinmunes.
Y finalmente, las exposiciones a toxinas ambientales y a metales pesados también pueden favorecer el desarrollo de enfermedades autoinmunes y deberían tenerse en cuenta en el diagnóstico y posterior tratamiento.
¿Cómo saber si se padece una enfermedad autoinmune?
El diagnóstico de una enfermedad autoinmune se basa en evaluaciones clínicas y biológicas, a menudo complementadas con datos genéticos y de imagen. Algunos síntomas o signos clínicos generalmente hacen sospechar un diagnóstico particular y llevan al médico a realizar o prescribir exámenes. Solo un profesional de la salud puede establecer un diagnóstico preciso de enfermedad autoinmune.
Entre los síntomas más frecuentes se encuentran la fatiga persistente, los dolores articulares y musculares, alteraciones cutáneas, digestivas o neurológicas. Cada enfermedad tiene un patrón propio, pero estos signos suelen hacer sospechar de la presencia de un trastorno autoinmune:
- Fatiga persistente: un cansancio excesivo y persistente que no desaparece incluso después de un descanso adecuado puede ser un síntoma común de distintas enfermedades autoinmunes.
- Dolores articulares y musculares: los dolores articulares y musculares crónicos, la inflamación de las articulaciones y la rigidez matutina pueden ser síntomas asociados a enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, la esclerodermia, etc.
- Problemas cutáneos: ciertos problemas de piel, como la erupción del lupus, la psoriasis o la dermatomiositis, pueden estar relacionados con este tipo de enfermedades.
- Síntomas gastrointestinales: problemas gastrointestinales como diarrea, estreñimiento, dolor abdominal y cambios de peso pueden estar presentes en ciertas enfermedades como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, la enfermedad celíaca, etc.
- Síntomas neurológicos: dolores de cabeza frecuentes, hormigueos, problemas de memoria y de concentración pueden ser síntomas asociados a enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple.
Es importante señalar que numerosos síntomas de las enfermedades autoinmunes también están presentes en otras condiciones médicas. Los síntomas deben ser evaluados por un profesional de la salud que podrá realizar pruebas específicas para confirmar o excluir una enfermedad autoinmune.
Diabetes tipo 1: Las personas que padecen diabetes tipo 1 producen poca o ninguna insulina a causa de una reacción autoinmune. Esta enfermedad representa entre el 5 y el 10% de todos los casos de diabetes, y aparece generalmente durante la infancia o adolescencia.
Poliartritis reumatoide: Provoca inflamación de varias articulaciones, que se hinchan y se vuelven dolorosas. La artritis reumatoide afecta al 0,25% de la población general y tres veces más a las mujeres que a los hombres.
Lupus: Es una enfermedad autoinmune crónica que puede afectar muchas partes del cuerpo, incluidas las articulaciones, la piel, los riñones e incluso el corazón. Por eso, hablamos de lupus diseminado o sistémico. El lupus afecta principalmente a mujeres (aproximadamente 9 veces más que a hombres) de entre 15 y 40 años.
Esclerosis múltiple: La esclerosis múltiple es una enfermedad que afecta al sistema nervioso central, especialmente el cerebro, los nervios ópticos y la médula espinal. El sistema inmunológico de los afectados destruye la mielina (un tipo de vaina aislante que rodea las células nerviosas del cerebro y la médula espinal), lo cual perjudica la capacidad de las diferentes partes del sistema nervioso para comunicarse entre sí. Las mujeres se ven afectadas el doble que los hombres.
Enfermedad celíaca: En las personas con enfermedad celíaca, la ingestión de gluten provoca una respuesta inmunitaria anormal en el intestino delgado que crea inflamación y daña la pared intestinal. La prevalencia varía aproximadamente de 1 de cada 100 a 1 de cada 300 personas en las poblaciones caucásicas, mientras que las personas de origen asiático o africano se ven menos afectadas.
Psoriasis: La psoriasis es una enfermedad inflamatoria de la piel que generalmente se caracteriza por la aparición de parches gruesos de piel que se pelan (salen como escamas blancas).
Enfermedad de Graves-Basedow: Es un tipo de hipertiroidismo en el cual los anticuerpos atacan a la tiroides, la glándula cuya función es la secreción y regulación de las hormonas. Afecta principalmente a las mujeres.
Enfermedad de Crohn: La enfermedad de Crohn es una enfermedad inflamatoria crónica del sistema digestivo.
Síndrome de Goujerot-Sjögren: Las manifestaciones del síndrome de Gougerot-Sjögren están relacionadas con la infiltración de ciertas glándulas por linfocitos, provocando una reducción de sus secreciones. Las glándulas salivales de la boca y las glándulas lagrimales son las más comúnmente afectadas. Las mujeres se ven afectadas diez veces más que los hombres.
¿Cómo se desencadena una enfermedad autoinmune?
Una enfermedad autoinmune se desencadena cuando el sistema inmunitario ataca por error a sus propias células y tejidos, considerándolos sustancias extrañas. Aunque los mecanismos exactos no se comprenden del todo, se sabe que las enfermedades autoinmunes son multifactoriales, y que su aparición resulta de la interacción entre predisposición genética y factores ambientales como infecciones virales o bacterianas, traumatismos físicos, estrés, cambios hormonales y otros factores que pueden alterar el funcionamiento normal del sistema inmunitario.
Sin embargo, incluso si una persona presenta factores de riesgo, esto no garantiza que desarrolle una enfermedad autoinmune. Las enfermedades autoinmunes son complejas y pueden estar influenciadas por muchos factores.
¿Es grave tener una enfermedad autoinmune?
Las enfermedades autoinmunes pueden variar en términos de gravedad e impacto en la salud. Algunas enfermedades autoinmunes son leves y se pueden controlar con tratamiento, pero otras pueden alterar de forma importante la calidad de vida o incluso poner en riesgo la vida.
Las consecuencias de las enfermedades autoinmunes dependen del tipo específico de enfermedad y de los órganos o tejidos afectados. En ciertos casos, también pueden provocar complicaciones a largo plazo, como daño en los órganos, deterioro de la funcionalidad y mayor riesgo de desarrollar otras enfermedades.
Es importante consultar a un profesional de la salud si se sospecha tener una enfermedad autoinmune a fin de obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado. El tratamiento precoz y la gestión constante de la enfermedad pueden ayudar a controlar los síntomas, reducir las complicaciones y mejorar la calidad de vida.
Tratamiento con microinmunoterapia
En el tratamiento de las enfermedades autoinmunes, la microinmunoterapia actúa directamente sobre el sistema inmunitario para modular su respuesta y ayudar a recuperar su equilibrio.
Los medicamentos de microinmunoterapia están compuestos de sustancias inmunomoduladoras como las citoquinas, que son las mismas sustancias que utiliza el sistema inmunitario para funcionar y mantener su equilibrio.
Esta terapia a bajas dosis es generalmente bien tolerada por los pacientes y puede utilizarse como complemento de otros tratamientos. Puede ser de ayuda en el manejo terapéutico de las enfermedades autoinmunes y más particularmente en los siguientes casos:
- Esclerosis múltiple
- Poliartritis reumatoide
- Enfermedad de Crohn
- Tiroiditis de Hashimoto
- Psoriasis