Comprende tu sistema inmunitario
Todo lo que tienes que saber sobre el pilar central de la salud
El sistema inmunitario es un conjunto de órganos, tejidos, células y moléculas que garantizan la inmunidad de un organismo.
El sistema inmunitario es un conjunto de órganos, tejidos, células y moléculas que garantizan la inmunidad de un organismo.
El sistema inmunitario es un sistema complejo que nuestro organismo pone en marcha para protegernos frente al ataque de elementos extraños. Combate las bacterias dañinas, mantiene los virus bajo control, elimina los parásitos y las células tumorales, protegiendo así el cuerpo de cualquier elemento que pueda comprometer nuestra salud. Por ello, el sistema inmunitario es necesario para nuestro equilibrio y se considera uno de los pilares centrales de la salud. Sus principales funciones son:
Identificación y seguimiento
Reconocer los patógenos y controlar cambios en las células, incluidas las células cancerosas, para una intervención rápida y efectiva.
Protección
Defender al organismo contra amenazas externas, como bacterias, virus, parásitos y células tumorales, manteniendo un equilibrio.
Adaptación y reacción
El sistema inmunitario utiliza citoquinas para comunicarse y coordinar una respuesta inmunitaria adecuada.
Existen dos tipos de inmunidad: la inmunidad innata y la inmunidad adaptativa. Si bien es cierto que actúan en momentos distintos y cumplen distintos roles, están estrechamente relacionadas.
Contamos con ella desde que nacemos y proporciona protección inmediata y no específica contra patógenos dañinos. La conforman barreras físicas como la piel o las mucosas, pero también células dendríticas, macrófagos y células asesinas (NK), que detectan y destruyen rápidamente los patógenos invasores, sin necesidad de exposición previa. Por tanto, la inmunidad innata es vital para evitar que infecciones y enfermedades se propaguen dentro del cuerpo.
Interviene cuando la inmunidad innata no es suficiente. Tiene memoria inmune, lo que le permite aumentar su eficacia en cada encuentro con patógenos al tener una respuesta dirigida y específica. Además, está compuesta por linfocitos T y B, que modulan su respuesta al contacto con diferentes patógenos y trabajan de manera coordinada con el objetivo de ser eficaces con el mínimo gasto de energía posible.
La salud va más allá de la mera ausencia de síntomas o enfermedades. Debe entenderse como un estado de equilibrio determinado por varios factores: no solo por nuestros genes, sino también por nuestro estilo de vida y el medio que nos rodea. La influencia positiva o negativa que ejercen estos factores sobre el sistema inmunitario puede condicionar su eficacia y, en consecuencia, nuestro estado de salud, favoreciendo su equilibrio o, por el contrario, desencadenando la aparición de enfermedades más o menos graves.
Si el sistema inmunitario funciona correctamente y su respuesta está adaptada, generalmente no seríamos conscientes de una disfunción inmunitaria. Sin embargo, si el sistema inmunitario está debilitado (inmunodeficiencia) y no puede protegernos frente a patógenos agresivos o desconocidos, reacciona de forma exagerada (hipersensibilidad) o identifica erróneamente patógenos dañinos (autoinmunidad). Como consecuencia, aparecen los síntomas relacionados con la enfermedad.
Síntomas de una respuesta inmunitaria inadecuada
Los profesionales de la salud que utilizan la microinmunoterapia suelen recurrir a distintos métodos de diagnóstico que les permiten, por un lado, evaluar el sistema inmunitario de sus pacientes (tanto la inmunidad innata como adaptativa), y, por otro lado, revelar los factores que originan determinadas alteraciones de la respuesta inmunitaria. Por citar algunos ejemplos, podemos incluir infecciones virales, la inflamación silenciosa, una permeabilidad intestinal aumentada, intolerancias alimentarias, etc.
La utilización de estas herramientas biológicas resulta muy útil, especialmente en los siguientes casos:
Además de un historial detallado y un examen clínico, existen otras herramientas biológicas para evaluar mejor el estado del sistema inmunitario y su capacidad para reaccionar adecuadamente.
Tipaje linfocitario
Se trata de una herramienta práctica y precisa que permite evaluar de forma más específica el sistema inmunitario del paciente, aportando información relativa a la inmunidad adaptativa.
Perfil proteico
Permite evaluar el grado de inflamación presente en la respuesta inmunitaria. Permite al profesional de la salud diferenciar entre procesos inflamatorios agudos y crónicos, así como déficits nutricionales.
Serología
A menudo, la prescripción del tipaje linfocitario se acompaña de una serología, que nos mostrará los niveles de anticuerpos contra un patógeno. De este modo, se podrán identificar patógenos, detectar infecciones virales, bacterianas y parasitarias, así como reactivaciones virales.
Tipificación HLA
Sirve para evaluar el riesgo relativo de determinadas enfermedades autoinmunes, alergias e infecciones crónicas.
En la Asociación Española de Microinmunoterapia promovemos iniciativas de formación en microinmunoterapia y creamos espacios de encuentro, para ayudar al sanitario a tratar y acompañar a su paciente desde una perspectiva inmunitaria.
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La salud es un equilibrio dinámico influenciado por nuestros genes, estilo de vida y entorno. Estos factores impactan directamente en la eficacia de nuestro sistema inmunitario, que es el que nos permitirá disfrutar de una buena salud. Actualmente existen muchos aspectos tanto internos como externos que pueden debilitar nuestras defensas naturales, pero tenemos el poder de fortalecerlas gestionando activamente estas influencias internas y externas, a través de:
La mayoría de las enfermedades, como la obesidad, la diabetes tipo II, las enfermedades cardiovasculares o la osteoporosis, entre otras, están ligadas al sedentarismo. Numerosos estudios han demostrado que la actividad física, moderada y periódica, fortalece el sistema inmunitario, tiene un efecto antiinflamatorio y reduce el riesgo de infecciones. Por tanto, puede tener efectos beneficiosos para el organismo y favorecer el buen funcionamiento de la respuesta inmune. ¡Pero ten cuidado! El ejercicio físico, practicado de manera muy intensa, tiene un efecto inmunosupresor y favorece el aumento de los mediadores proinflamatorios.
Las intolerancias al gluten, la lactosa y las alergias a las proteínas de la leche son cada vez más comunes entre la mayoría de los que seguimos una dieta occidental. Con el aumento de los alimentos ultraprocesados, nuestros hábitos alimentarios han cambiado radicalmente en tan solo unos años. Estos nuevos estilos de vida tienen un efecto innegable sobre la respuesta inmunitaria, provocando inflamación y aumentando la permeabilidad intestinal. Analizar el estado nutricional del paciente e implementar hábitos alimentarios saludables puede complementar una estrategia de tratamiento general.
El funcionamiento del sistema inmunitario está fuertemente influenciado por nuestra herencia genética. El riesgo de contraer ciertos trastornos de la respuesta inmune, inmunodeficiencias, intolerancias alimentarias, etc. es mayor cuando existe una susceptibilidad genética en el paciente. En particular, las moléculas de nuestro organismo encargadas de identificar patógenos o elementos extraños, llamadas HLA (del inglés Human Leucocito Antigen), tienen una enorme variabilidad genética entre individuos. Algunas de estas variantes parecen conducir a una mayor predisposición a infecciones crónicas, cáncer, enfermedades autoinmunes, intolerancias y/o alergias alimentarias, etc.
Nuestro cuerpo se encuentra en permanente interacción con el entorno que lo rodea. Diariamente estamos expuestos a muchos contaminantes ambientales, alérgenos, sustancias tóxicas, etc. que amenazan el buen funcionamiento del sistema inmunitario o asumen el papel de disruptores endocrinos. Las ondas electromagnéticas o la radiación ultravioleta son ejemplos de factores ambientales que tienen una fuerte influencia no solo sobre el sistema inmunitario, sino también sobre el metabolismo energético, por lo que pueden ser causa de distintos trastornos o enfermedades. Una anamnesis exhaustiva o la realización de análisis específicos pueden ser determinantes para la detección de estos parámetros y la implementación de una estrategia terapéutica.
El estado de ánimo y nuestro entorno social, personal y profesional ejercen un gran peso en la salud. Con la sociedad actual dominada por el estrés, no es sorprendente que esté aumentando el número de enfermedades crónicas entre la población, como la depresión o el cáncer. El estrés, especialmente cuando se vuelve crónico, puede favorecer una disminución de las defensas naturales y acelerar el proceso de envejecimiento. Un conocimiento profundo de la historia clínica del paciente y la escucha activa durante la consulta pueden ser elementos clave para comprender la influencia del estado psicológico en el desarrollo de su enfermedad y orientar mejor la atención terapéutica.
Los anticuerpos son moléculas producidas por el sistema inmunitario en respuesta, entre otros, a la presencia de patógenos. Un aumento de sus niveles puede alertar de un primer contacto con un agente infeccioso, revelar una disfunción de la respuesta inmune en un momento dado o una mayor vulnerabilidad ante infecciones. Las serologías son herramientas de diagnóstico que permiten evaluar sus niveles en sangre, son utilizadas a menudo para confirmar la presencia de virus o bacterias (por ejemplo, virus del herpes, varicela zóster, papiloma, Epstein-Barr, citomegalovirus o clamidia) que podrían ser la causa de trastornos agudos y/o enfermedades crónicas, como la esclerosis múltiple o la fatiga crónica.
La forma de abordar al paciente no puede estandarizarse. Para estudiar el estado del sistema inmunitario del paciente, el profesional deberá realizar observaciones clínicas y una serie de análisis biológicos. Teniendo en cuenta estos factores, pondrá en marcha un plan de tratamiento personalizado y adaptado: aquí es donde entra en juego la microinmunoterapia.
La microinmunoterapia desempeña un papel importante en la estrategia de tratamiento porque proporciona al profesional una herramienta que le permite trabajar directamente sobre la inmunidad del paciente. Actúa según una secuencia que reproduce idénticamente la cascada de reacciones del sistema inmunitario con el objetivo de optimizar su capacidad de funcionamiento frente a disruptores internos y externos.
Es importante subrayar que la microinmunoterapia no sustituye al sistema inmunitario, ni lo bloquea ni lo fuerza; simplemente le muestra el camino hacia el equilibrio.